Atardecer en el Río


Guadalquivir Hermana San Sulpicio

El Guadalquivir corría bajo mis pies. Sus aguas, revueltas, amarillentas, gracias a los reflejos del crepúsculo, semejaban un espejo tembloroso donde brillaban mil tintas de ópalo y plata carmín. 
A lo largo de él, acostados al muelle, había gran número de buques, cuyos mástiles y enredada jarcia parecían surgir del gran bosque de naranjos que se extiende por la margen izquierda. 
A la derecha, las casas del barrio de Triana tocan en la orilla del río, el cual seguía su curso majestuoso hasta unos dos kilómetros del puente, donde, al hacer un recodo, parecía detenido por la muralla de verdura que los jardines de las Delicias le oponían.


Armando Palacios Valdés, "La Hermana San Sulpicio"




1 comentario:

  1. Si nos situamos en lo que corresponde al fondo de la foto, en el puente de San Telmo, llegando al Paseo de Colón, por la acera derecha, se ve un bonito atardecer sobre la atalaya del Aljarafe... ahora con la Torre Pelli.

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